Posiblemente este cuento infantil fue más importante de lo que pensaba en 1985, no digo que me cambió la vida, dado que no terminé dedicando mi formación universitaria al mundo de las letras, pero intuyo que fue el origen de mi afición a la escritura creativa que desarrollé muchos años después.
Se titula Los inventores y la máquina cambiadora de carácter: narra las peripecias de un grupo de herramientas humanizadas cuya profesión común es ser inventores. Los protagonistas son Destornillador, Tornillo y Tuercas, unos divertidos personajes que viven locas aventuras en torno a objetos que ellos mismos crean.
Mi agradecimiento a Doña María Quintana Brea, mi profesora de 5° de EGB, sin su profesionalidad y cariño ese cuento no habría existido, y quién sabe si mis novelas actuales.