Hola a tod@s

En anteriores etapas de coincidencia entre ambos en un mismo S.P. he mandado correos sobre el tema que eran más bien serios, breves, contundentes incluso rayando lo malaje. Voy a cambiar la estrategia, a ver si así tengo más éxito.
Se trata de las confusiones que existen, sobre todo en sala, entre un compañero que se llama Alfonso Luque Olmedo y yo, que soy Molina, (por Sito me conocen). Veréis, ambos coincidimos en muchas cosas, somos limpios, honrados, educados, enfermeros de epes, venimos de buenas familias… pero he aquí la diferencia fundamental, su madre se apellida de primero Olmedo y la mía Molina. Os voy a contar lo que sucede en mi casa cuando recibo temprano por la mañana una llamada de teléfono de sala (antes la de Cádiz y ahora la de Sevilla) y me sobresaltan diciéndome que no me he incorporado a un turno de trabajo:
De entrada se me acelera la FC y la respiración, un escalofrío brutal me recorre la espalda de abajo hacia arriba, entonces es cuando hago un movimiento de flexo-extensión de mis miembros inferiores propio de un atleta (que no lo soy) de manera que sin rozar las sábanas pego un salto de la cama y me empotro contra la pared que tengo enfrente, con mis suprarrenales liberando a tope adrenalina me desplazo por la casa como si fuera un elefante pero a la velocidad de un guepardo, ¿todo para qué? Para buscar mi agenda que me saque de dudas…, cuando llego al vestíbulo de la planta de arriba buscando las escaleras me cargo la baranda de seguridad anti-niños, bajo los peldaños de seis en seis, piso con un pie a una rana que vive en temporada de verano en la piscina y en otoño-invierno dentro de casa (estoy en negociaciones para que ayude con la hipoteca) y con el otro pie piso a mi perro que está junto a ella para intentar cazarla aunque nunca lo consigue. Cuando llego abajo meto el pie en el clásico camión de juguete con su remolque donde cabe perfectamente un 44 y me doy con la segunda baranda de seguridad, que rompo empotrándome esta vez contra la cristalera de un patio interior, cuando me repongo, comienzo a vaciar compulsivamente todos los cajones de todos los muebles dispersando por todos los lados un millón de objetos inútiles que no sirven para nada pero que a efectos de joder hay que recogerlos luego igualmente y volverlos a guardar, en esto, mis pupilas se han vuelto midriáticas como dos plazas de toros y los vellos se me han erizado por todo el cuerpo, y mi corazón late a un ritmo trepidante para acompañar el cuadro de agitación, y he aquí cuando reparo que la chica de la limpieza me está observando quieta con la fregona en la mano (un pie lo tengo dentro del cubo que está a medio llenar) y con una media sonrisa me dice en un rumano españolizado «tápate una mijita miarma…» y es cuando me doy cuenta de que ando un poco ligero de ropa… vaya tela… entonces inicio el camino a la inversa entre la vergüenza y la desesperación, subo las escaleras, vuelvo a pisar a la rana y al perro (que son muy torpes porque no aprenden nunca y se quedan siempre en el mismo sitio) y cuando llego a la habitación me percato de que mi agenda está en la mesita de noche junto a la cama, donde lleva 35 años aproximadamente, la abro y compruebo que todo está correcto y que ha pasado otra vez (y van 1324 veces) lo mismo de siempre en estos últimos diez años… que ha habido una confusión.
Mapfre seguros de hogar, mi perro, la rana y mis coronarias os agradecerán eternamente que miréis con detenimiento el segundo apellido cuando de un Alfonso Luque se trate, la excepción es la chica de la limpieza que parece que todo esto le hace mucha gracia…
Yo sé que la sala y la administración tienen mucho trabajo… pero daros cuenta que tan sólo con que os equivoquéis una vez cada uno el fastidio es enorme, y me han activado retenes a las cuatro de la mañana, jornadas de rebase mías se las han puesto a él, avisos de FO etc. Solo os pido un pequeño esfuerzo de atención, os lo ruego porque ya no puedo con mi vida en este asunto, son muchos años así… y como no sabía muy bien como titular el asunto del correo pues eso… la vida es bella…

Gracias

  Saludos